miércoles, 25 de junio de 2008

Cuando te da por escribir sin más

"No esperas nada y cuando menos quieres, ¡mas te dan!. Tan solo estabilidad es lo que pido" gritaba vivamente Marcelo mientras paseaba por aquella estrecha calle de la ciudad que le vió crecer.
Al poco, se acercó una mujer que lo había estado observando y con cautela comenzó a conversar con él:
- Tranquilo muchacho, no desesperes... lo que ansías, llegará.
- Pero ¿quien es usted? ¿como me puede decir eso?
- Soy una joven de alma, inexperta en algunas cosas pero vieja en sabiduria.

El joven se mostro extrañado, por lo que la anciana mujer se apresuró a aclarar sus palabras:

- Mi vida no ha sido facil, como creo que la de todo ser humano. Cuanto más quieres, más puedes tener y menos te satisface. Cuanto menos tienes, lamentablemente menos quieres. Mi vida no ha sido facil muchacho. Aquí me ves, con harapos que no recuerdo cuando compré, con alhajas que me regalaron, y feliz de ser quien soy. No hace mucho... o bueno, hace ya algunos años, mi difunto marido, que en paz descanse, ganaba dinero a raudales. Pero yo me sentía la mujer más desdichada del mundo. No habia cariño que comprar, no habia felicidad que regalar...

El ruido de la calle hacia imposible escuchar las palabras de aquella señora, el ir y venir de la gente a un mercado cercano hacia que el ambiente estuviera cargado de palabras muertas, de frases nunca dichas.
Finalmente, Marcelo se dejó llevar por la marabunta y la anciana resignada, se marcho en dirección contraria.

"No entiendo por que vino esa mujer, no quiero que nadie me diga nada, no me sale nada bien, no estoy estable, no..." se decia en voz baja hasta que alguien le dijo: "empieza con si, ya veras que todo es más fácil".

1 comentario:

Cristina dijo...

buena filosofia esa del sí, yo creo que tendríamos que aplicarnosla más de uno...
me alegra que vuelvas a escribir, aunque creo que ya te lo he dicho.
muak!